Tal y como comentamos en posts anteriores, es indiscutible que la principal atracción de la Reserva Biológica Isla del Caño (RBIC) se encuentra bajo sus aguas; las formaciones de roca volcánica existentes en ellas, son las bases ideales para colonias de coral, que a su vez dan hogar a gran variedad de moluscos, crustáceos y peces, así como a mamíferos como delfines y ballenas jorobadas en sus periodos de migración, siendo así catalogado como uno de los arrecifes más saludables y mejor conservados en la costa pacífica de Costa Rica.

La RBIC posee 5 plataformas de corales que se caracterizan por poseer principalmente corales duros del género Pocillopora y Porites, mientras que en la área sur de la isla, más expuesta a corrientes, podemos encontrar algunos tipos de coral blando como los Octocorales. Además, alrededor de toda la isla se pueden encontrar arrecifes rocosos y pináculos submarinos.

El crecimiento arrecifal en la isla es relativamente reciente y se estima que las colonias más grandes tienen menos de 300 o 400 años. En base a estudios más recientes, siete son los géneros de corales duros que han sido identificados en el área, así como altas biomasas de peces, principalmente en los niveles tróficos altos con la presencia de especies de importancia en la conservación como el tiburón punta blanca de arrecife (Triaenodon obesus) y ocasionalmente el tiburón toro (Carcharhinus leucas) y tiburón martillo (Sphyrna mokarran). Además, se pueden encontrar inmensos cardumes de peces, especialmente de pargo, roncadores y jureles; diferentes clases de tortugas marinas; varios tipos de rayas, morenas, así como gran variedad de invertebrados vitales para el ecosistema del arrecife coralino.

Múltiples son las razones para proteger este ecosistema marino; siendo uno de los más susceptibles al encontrarse fuertemente asociado a las actividades humanas y a la presión que estas generan sobre él, y que, a su vez, nos brinda una gran variedad de servicios ambientales como la pesca, turismo, protección de la línea de costa, entre otros; además de ser una fuente de ingresos económicos importante para las comunidades aledañas que dependen del turismo en esta zona.

Finalmente, no podemos olvidar que los océanos y la vida que estos albergan, son fundamentales para el funcionamiento saludable del planeta, ya que suministran la mitad del oxígeno que respiramos y absorben anualmente un 26% de las emisiones de dióxido de carbono que nosotros, los seres humanos, emitimos a la atmósfera; además de proporcionarnos servicios que sustentan la salud, el bienestar y la prosperidad de la humanidad.